El producto interior bruto (PIB) de Turquía se contrajo un 1,5% en el segundo trimestre de 2019, lo que supone nueve décimas menos que en los tres meses previos, de acuerdo con los datos publicados esta semana por el Instituto Estadístico Turco (Turkstat).
En este periodo del año anterior, la economía de Turquía registró una expansión del 5,6%, que se fue desacelerando hasta que el país entró en recesión en el cuarto trimestre de 2018, coincidiendo con un alza de la inflación y una devaluación de la lira turca.
Por sectores, la agricultura ha crecido un 3,4% interanual en el segundo trimestre del año, mientras que la industria ha caído en torno a un 2,7%; la construcción, un 12,7%, y los servicios, un 0,3%.
El Instituto Estadístico Turco ha detallado que las exportaciones de bienes y servicios se han expandido un 8,1% entre los meses de abril y junio si se compara con el mismo periodo del año 2018, cuando el avance fue del 4,5%.
Las importaciones han reportado una contracción del 16,9%, frente al crecimiento del 0,2% del segundo trimestre del año pasado.
El consumo de los hogares ha registrado una caída del 1,1%, frente al crecimiento del 2,7% del mismo periodo de 2018, al tiempo que la formación bruta de capital fijo (inversión) ha descendido un 22,8%, desde la expansión del 6,1% registrada entre abril y junio del año anterior.
La recesión en Turquía es la principal culpable de la desaceleración de las exportaciones españolas, ya que solo han crecido un 1,7% interanual frente a incrementos del 2,9% y del 10% en los mismos periodos de 2018 y 2017.
De acuerdo a los datos de balanza comercial publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la caída de las ventas a Turquía (del 25,9% interanual en el primer semestre) ha lastrado el potencial exportador de España.
La menor demanda de Turquía, junto a la caída de las ventas a Bélgica, Reino Unido e Italia, ha provocado que las exportaciones del sector automóvil cayeran un 4,6% interanual en el primer semestre.