La caída de las Bolsas de Asia, como consecuencia de la volatilidad de las acciones chinas y de las pérdidas registradas en otros mercados de la zona, podría afectar a algunos bancos de inversión que en los últimos meses han tenido resultados positivos.
En el segundo trimestre de 2015, algunos bancos de inversión asiáticos aumentaron sus ingresos derivados de las operaciones bursátiles por el boom de las bolsas asiáticas. De acuerdo con la Federación Mundial de Bolsas (WFE, por sus siglas en inglés), en ese periodo, la actividad bursátil en la zona aumentó un 358% con respecto al año anterior, sin sumar los buenos números que mostraba China, al incrementarse un 32%.
Entre los que recibieron buenos beneficios en Asia, coincidiendo con el repunte bursátil de China, están los bancos de inversión globales, como Goldman Sachs Group y Credit Suisse. Pero, en la medida que los mercados chinos han ido perdiendo posiciones y las autoridades han dado a conocer medidas para sostenerlos, los inversores han empezado a inquietarse.
Esta semana fue de descensos: el lunes, el índice Shanghai Composite, que incluye las principales empresas de China, cayó un 8,5%, después de haber perdido un 15% en julio a pesar de las medidas de rescate del Gobierno. El volumen diario de operaciones en China ha caído hasta 1,2 billones de yuanes (165.000 millones de euros); la cifra es un 50% inferior a la registrada a finales de mayo.
Esta volatilidad provoca que los clientes internacionales no invierten», opina Vikesh Kotecha, responsable de renta variable de Barclays para Asia-Pacífico. En su opinión, si los mercados chinos no se estabilizan, «la evolución de las acciones de empresas asiáticas en Wall Street será deficiente en el tercer trimestre».