La Comisión Europea (CE) ha revisado al alza la previsión del crecimiento económico de la eurozona, estimando que alcanzará un 1,3 % este año, y un 1,9 % en 2016, mientras que para el conjunto de la Unión Europea (UE), el aumento será del 1,7 y del 2,1 %, respectivamente.
Se trata «de la primera vez desde 2007 en que se espera que todas las economías de la UE crezcan» y que lo hagan sobre la base de un aumento de la demanda a nivel nacional e internacional, así como de una política monetaria más ajustada y de una posición fiscal más neutral, según los expertos del Ejecutivo comunitario.
La CE advirtió que pese a esa mejora de la economía general, «las perspectivas de crecimiento en toda Europa se ven limitadas por las débiles inversiones y el alto desempleo». Los expertos han señalado además, que desde finales del pasado año, cuando apuntó a que en 2015 el crecimiento del PIB de los países con la moneda común será del 1,1 % y del 1,5 % para toda la Unión, se han producido situaciones favorables como un descenso más rápido de lo esperado de los precios del petróleo.
Los economistas de la CE indicaron que también ha favorecido el pronóstico de crecimiento más optimista las medidas de expansión cuantitativa (compras masivas o ilimitadas de bonos) adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), y el plan de inversiones estratégicas por 315.000 millones de euros ya anunciado.
«Europa está en un punto crítico. Se han puesto en práctica las condiciones económicas adecuadas para que haya crecimiento sostenido y creación de empleos», dijo el vicepresidente comunitario para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, en un comunicado.
«Ahora hay que dar un paso más en las reformas para reforzar el crecimiento y asegurarnos de que eso se traduce en dinero en los bolsillos de los ciudadanos», agregó.