Italia ha reducido su estimación de déficit para el próximo trienio, que inicialmente se fijó en el 2,4% del PIB, para dejarlo en el 2,1% en el año 2020, y en el 1,8% en 2021.
El Gobierno italiano aprobó la semana pasada un cuadro macroeconómico que fijaba el objetivo de déficit en el 2,4% del PIB para los tres próximos años, algo que despertó fuertes críticas de las autoridades comunitarias y un aumento de la prima de riesgo, que ha superado los 300 puntos básicos.
Giuseppe Conte, primer ministro de Italia, ha señalado que la deuda se va a reducir «progresivamente», desde el 130,9% del PIB actual hasta situarse por debajo del 130% en 2019 y llegar al 126,5% en 2021.
Estas cifras figuran en una actualización acordada esta semana en el Documento de Economía y Finanzas, un cuadro macroeconómico que debe ser aprobado por el Parlamento y que se toma en cuenta al momento de elaborar los Presupuestos Generales.
Conte prometió que su país tendría unos Presupuestos «serios, responsables y valientes» porque, a su juicio, «Italia necesita unas cuentas que favorezcan un fuerte crecimiento basado en un plan de inversiones públicas». Asimismo, dijo que estaba dispuesto a modernizar las infraestructuras y exigir a las concesionarias «un plan de manutención más serio que en el pasado».
El ministro de Economía, Giovanni Tria, ha dicho que con estas cuentas se va a reducir la diferencia de crecimiento entre Italia y el conjunto de la UE, que ha sido de un 1% en la última década.
Por su parte, Matteo Salvini ha asegurado que tres medidas serán posibles con estas previsiones: en primer lugar, la modificación de la Reforma del Sistema de Pensiones, que prevé un aumento progresivo de la edad de jubilación; un impuesto único para autónomos fijado en el 15%; y un plan de contratación de 10.000 agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado.