La actividad manufacturera en la eurozona se ha contraído en julio a su ritmo más pronunciado desde finales de 2012, a medida que la demanda se hunde, afectando a la confianza de los fabricantes.
Los indicadores de la encuesta sugieren que el sector no se recuperará en el corto plazo y es probable que animen a los responsables políticos del Banco Central Europeo, quienes la semana pasada prometieron aliviar aún más la política monetaria a medida que las perspectivas de crecimiento del bloque se deterioran.
El índice PMI final del sector manufacturero de IHS Markit para el mes de julio fue de 46,5, justo por encima de una lectura provisional anterior del 46,4, pero por debajo del 47,6 de junio, su sexto mes consecutivo por debajo del nivel 50 que separa el crecimiento de la contracción.
El índice principal de julio, que se encuentra en su punto más bajo desde diciembre de 2012 y en una medida de la producción, que alimenta un PMI compuesto y considerado como un buen indicador de la salud económica, ha caído a un mínimo de más de seis años de 48,5 a 46,9.
Chris Williamson, economista jefe de negocios en IHS Markit, ha señalado que “la tabla de clasificación del índice PMI de la zona euro se ha teñido de color rojo, y todos los indicadores advierten sobre el deterioro de las condiciones operativas de los fabricantes de la región”.
Y ha agregado que “las crecientes preocupaciones geopolíticas, incluidas las guerras comerciales y el Brexit, y la inquietud generada por un crecimiento económico más lento tanto a nivel nacional como internacional, han reducido la demanda actual y han afectado la positividad de las expectativas”.
Por otro lado, un índice sobre la producción futura, que mide el optimismo, ha caído del 56,6 hasta el 52,6, su resultado más bajo desde finales del año 2012.
Los nuevos pedidos han descendido y las fábricas han reducido su plantilla por tercer mes a medida que completaban pedidos pendientes de realización a un ritmo no visto en siete años.