Portugal ha anunciado su decisión de reducir el IVA a la restauración desde el 23% al 13%, aunque sin afectar a ciertas bebidas como el alcohol o los refrescos, a las que se sigue aplicando la tasa máxima.
Esta medida forma parte de los Presupuestos del Estado de 2016 y busca regresar a la tasa que se aplicaba al sector de la restauración antes de que el Gobierno anterior la aumentara en el año 2012, cuando el país se encontraba bajo el programa de rescate financiero.
Entre las bebidas que mantienen la tasa máxima del 23% destacan las bebidas alcohólicas, los refrescos, los néctares y el agua con gas o con otras sustancias agregadas, mientras que el agua natural, el café, el té y la leche pasan a ser tasadas con un 13%.
En el caso de los menús, en los que los restaurantes suelen marcar un precio único, se aplicará a cada producto por separado la tasa que le corresponda o, si el establecimiento no quiere hacer distinción, empleará la tasa máxima del 23% para todo el menú.
António Costa, primer ministro luso, ha defendido la bajada del IVA porque a su parecer permite corregir una medida que fue errónea desde el punto de vista económico y considera que impulsará la creación de empleo en este sector.
Asimismo, ha lamentado durante un almuerzo organizado por la Asociación de Restauración y Similares de Portugal (AHRESP) en Santarém, que “en los últimos años se destruyeron en este sector 4.000 empresas, se redujo el volumen de negocios en 750 millones y se perdieron 20.000 puestos de trabajo”.
El Gobierno socialista de Portugal, que está en el poder desde el mes de noviembre del año pasado, ha empezado a revertir algunas de las medidas de austeridad que fueron aplicadas durante los años del rescate financiero (2011-2014).