El Gobierno ha anunciado que trabaja en la elaboración del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019, pero ha sido enfático al precisar que no prevé presentarlo hasta que no tenga «cerrado» un acuerdo con Podemos, que le permita «arrastrar» a otras fuerzas parlamentarias.
En una conversación informal con periodistas en la gira por Latinoamérica, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez se mostró «optimista» en que, antes de que finalice el año, el Ministerio de Hacienda pueda presentar a las Cortes las cuentas públicas para el próximo ejercicio.
Otras fuentes de Moncloa afirmaron que el esquema pasa por llevarlos al Congreso de los Diputados en noviembre, de manera que puedan estar aprobados sobre febrero, coincidiendo con el inicio de la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
Así Sánchez dijo que la titular de Hacienda, María Jesús Montero, está en contacto con Podemos, al igual que él mismo con el secretario general de esa formación, Pablo Iglesias, para buscar esas coincidencias en las prioridades que puedan plasmarse en los PGE y que permitan la aprobación de la considerada como la ley más importante para un Ejecutivo.
Si bien, reconociendo la importancia de los Presupuestos y ahondando en que su intención es presentarlos, Sánchez recordó que Mariano Rajoy no sufrió su mayor desgaste político por esta cuestión.
«Lo importante es acordar con Podemos los elementos sustanciales», dijo. El Ejecutivo quiere garantizarse el apoyo «suficientemente poderoso» de Podemos para, a partir de ahí, poder entablar la negociación con otras formaciones y granjearse su respaldo. En este contexto, el presidente ve al PNV receptivo en entablar una negociación que termine siendo fructífera. «Les veo buena actitud», apuntó.
En esta negociación para llegar a un acuerdo con Podemos enmarcó la «subasta» que mantiene Hacienda sobre la reforma del IRPF. Y aunque se mostró decidido a modificar el tramo para los que cobren más de 150.000 euros, no descartó que esa cifra pueda ser inferior sin dar la sensación de que vaya a estar por debajo de los 120.000 euros. «En ningún caso» se fijará este tramo en 60.000, porque eso es clase media alta y «nunca» se afectará a la clase media y trabajadora, insistió.