El Banco de Japón ha decidido mantener esta semana su impulso a la política monetaria nipona, con la esperanza de que un incremento en los salarios y el previsto rebote del consumo privado, conduzcan a la inflación hacia el objetivo fijado del 2%.
El BOJ, que tiene su sede en Nihonbashi, Tokio, como se tenía previsto no cambió su propuesta de aumentar la base monetaria, dinero en efectivo o depósitos en el banco central. Cifra anual que ha decido mantener en 80 billones de yenes (672.000 millones de dólares), a través de compras de bonos soberanos y activos de riesgo.
Desde octubre de 2014, el Banco de Japón ha sido constante en su objetivo de potenciar los estímulos a la economía nipona.