La Superintendencia de costos y precios justos creada por el Gobierno de Venezuela, establecerá mesas de trabajo durante todo el mes de diciembre con sectores fundamentales de la economía, con el objetivo de determinar los márgenes de ganancia que tendrán como tope el 30%.
Andrés Eloy Méndez, el Superintendente Nacional de este organismo, ha indicado que “algunos van a ser regulados con porcentajes menores al 30%, porque hay varios sectores de la cadena de comercialización que con ganar un 10% es más que suficiente, o un 20% (…) El tope de la ley es 30% y nosotros iremos con la providencia, regulando por sector, después de las mesas de trabajo que estaremos estableciendo”.
La Superintendencia ha publicado los precios correspondientes de 22 productos del sector alimentario, 16 de higiene personal y del hogar, así como de algunos servicios, los cuales deben ser respetados por los comerciantes arriesgándose en caso contrario a las medidas sancionatorias establecidas en la Ley Orgánica de Precios Justos y que varían de acuerdo a la magnitud del desacato, pueden ser desde multas hasta ocupaciones.
Méndez ha destacado que “(El productor o importador) Él tiene ya una forma de colocar su precio, tiene sus costos, más el 12,5% de gastos y un 30% máximo de ganancia, luego nosotros vamos a fiscalizar que realmente ese precio que colocó esté asociado a los costos y a los gastos, si nos diéramos cuenta que no, aplicaríamos las multas y las sanciones que tenemos que aplicarles”.
Por otra parte, ha indicado que “partimos de la buena fe del importador, del productor y del fabricante que coloca el precio justo, en todo caso si no lo hiciera tenga la plena seguridad que va a ser fiscalizado”.
Actualmente, Venezuela sufre un nivel tan alto de inflación y de escasez de productos básicos que ha llevado incluso al Banco Central de Venezuela a retrasar la publicación mensual de estos índices. Según Méndez, estas medidas ayudarán a proteger la economía del pueblo venezolano, teniendo en cuenta, no solamente el marcaje de precios, sino el establecimiento de una “cultura de precio justo” a corto plazo.