De acuerdo con el dato preliminar publicado por Eurostat, la tasa de inflación interanual de la zona euro se ha situado en el pasado agosto en el 1%, igual que en julio, cuando había caído a su nivel más bajo desde 2016, lo que deja vía libre al anuncio de nuevas medidas de estímulo al Banco Central Europeo (BCE) en su reunión del próximo 12 de septiembre.
En el mes de agosto, el precio de la energía se abarató un 0,6% interanual, después de subir un 0,5% en julio, y los alimentos frescos se encarecieron un 2,5%, tras hacerlo un 1,7% el mes anterior, mientras que los servicios subieron un 1,3%, una décima más que en julio.
De este modo, al excluir el impacto de la energía, la tasa de inflación de la zona euro subió en agosto al 1,2% desde el 1,1% de julio, mientras que al dejar también fuera de la estimación la evolución de los precios de los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente se mantuvo estable en el 0,9%.
En tasa interanual, el Producto Interno Bruto (PIB) de la región de la moneda única ha crecido 1.1%, 1 décima menos que en el primer trimestre, según la oficina de estadística Eurostat.
En el conjunto de la UE, la economía ha registrado en el segundo trimestre un crecimiento de 0.2%, 3 décimas menos que en el primer trimestre. En comparación con el mismo trimestre del 2018, la expansión interanual de la UE se ha ralentizado a 1.3%, su peor dato desde finales del 2013.
De este modo, la economía española, cuyo PIB creció 0.5% en el segundo trimestre, mantiene un crecimiento sensiblemente superior a la media de la eurozona, a pesar de moderar su ritmo de expansión 2 décimas respecto de 0.7% registrado en los tres primeros meses del 2019.
Por su parte, la economía italiana se ha mantenido estancada en el segundo trimestre, después del crecimiento de 0.1% marcado en los primeros tres meses, según el dato provisional publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística italiano.
Los precios en la zona euro se han moderado 2 décimas, hasta una tasa de 1.1% en julio, lo que representa el menor nivel de inflación en la eurozona desde diciembre del 2016.