Japón podría caer en recesión este trimestre ante la contracción del gasto de los hogares registrada en el mes de abril y la desaceleración de la actividad del sector de servicios en mayo.
Los especialistas han señalado que es muy pronto para decir definitivamente si Japón entrará o no en una recesión, pero han advertido que la probabilidad aumentará si los indicadores de la demanda interna no mejoran antes de finales de junio.
En el primer trimestre del año la economía japonesa se contrajo inesperadamente, por lo que otro trimestre de contracción cumpliría con la definición técnica de recesión y llevaría la racha más larga de crecimiento de la economía local desde la burbuja de la década de 1980 a un dramático final.
Las dudas que han despertado sobre el panorama sugieren que la campaña de medidas liderada por el primer ministro Shinzo Abe para reactivar la economía, está perdiendo impulso.
Hiroaki Muto, economista del Centro de Investigación Tokai en Tokio, ha señalado que “sería excesivo declarar una recesión ahora, pero la economía no está rebotando con fuerza. Cualquier otro dato decepcionante podría comenzar a interpretarse como una señal de que la recesión es cada vez más probable”.
El gasto de los hogares cayó en el mes de abril porque los consumidores gastaron menos en servicios públicos, automóviles, viajes domésticos y actividades de ocio.
Los analistas han explicado que como el consumo representa más de la mitad del Producto Interno Bruto de Japón, la reducción del gasto sugiere que la economía se encuentra en una posición débil, lo que ha afectado los esfuerzos del Gobierno local para lograr un crecimiento y una inflación sostenible.
Por otro lado, el sector de servicios registró en mayo el crecimiento mensual en nuevos pedidos más lento desde septiembre de 2016, lo que sugiere que la economía está perdiendo impulso.
El Índice de Gerentes de Compras (PMI) del sector de servicios elaborado por Markit/Nikkei cayó en mayo hasta 51,0 desde 52,5 en abril.