China ha propuesto endurecer las normas que rigen la cotización de sus empresas en el extranjero, lo que ayudará a mejorar la supervisión y permitirá que las empresas sigan haciéndolo.
La Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC) ha propuesto un nuevo marco para la cotización de las empresas chinas en el extranjero.
Las ofertas públicas iniciales (OPI) en el extranjero suponen una fuente alternativa de capital para las empresas chinas y la cotización en Nueva York es considerada como una insignia de honor para muchas compañías.
El Gobierno de China ha estado analizando la posibilidad de incrementar la supervisión de las salidas a bolsa en el extranjero desde la OPI de 4.400 millones de dólares (3.888 millones de euros) del gigante del transporte compartido Didi Global Inc. y las propuestas planteadas el pasado viernes no fueron tan estrictas como esperaban algunos expertos.
Según datos de Refinitiv, las empresas chinas han recaudado este año unos 12.800 millones de dólares (11.312 millones de euros) en salidas a bolsa en Estados Unidos, pero las operaciones se paralizaron tras el debut de Didi en Nueva York en el mes de julio.
De acuerdo con lo previsto en el proyecto, las empresas chinas con las llamadas estructuras de entidades de interés variable (VIE) pueden cotizar en el extranjero si cumplen con los requisitos.
Las empresas chinas que cotizan en mercados bursátiles extranjeros, principalmente en Estados Unidos, utilizan las VIE para eludir las normas chinas que restringen la inversión en el extranjero en sectores que ellos consideran “sensibles” como por ejemplo los medios de comunicación y las telecomunicaciones.
Las autoridades de China han explicado que esta vía «ofrece más flexibilidad a las empresas para captar capital en el extranjero, al mismo tiempo que evitan el escrutinio y el largo proceso de investigación de las OPI que tienen que pasar las empresas constituidas localmente».