Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, ha reclamado más competencias para la entidad pública que dirige. En la misma línea, ha declarado que las cajas de ahorros deberían abandonar los negocios financieros que están emprendiendo y dedicarse en exclusiva a su obra social.
La propuesta de Fernández Ordóñez consiste en la aprobación de una ley por la que se obligue a las cajas de ahorros a que olviden los negocios financieros y de crédito en que están implicadas y se reserven expresamente a la gestión de sus respectivas obras sociales.
Una ley así debería ser aplicada en un plazo razonable, de modo que las cajas dispongan del tiempo suficiente para reencauzar sus inversiones en entidades de crédito hacia iniciativas focalizadas al desarrollo de la obra social.
Estas declaraciones del responsable de la institución supervisora de la economía española han sido contestadas por José María Méndez, director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).
De acuerdo con el presidente de la patronal del sector, las palabras de Fernández Ordóñez han sido desafortunadas, por lo que rechazan de plano su propuesta. Las cajas necesitan, según Méndez, una estabilidad jurídica en la que puedan desarrollar sus expectativas de negocio.