Deutsche Bank afirma que la renta fija ofrece rentabilidades similares a la inflación, convirtiéndose en una opción «estabilizadora» para las carteras y apunta a las oportunidades de crecimiento de las compañías de menor tamaño por su alto margen para aumentar beneficios en los próximos años.
Alejandro Vidal, head investment manager de Deutsche Bank España, ha destacado la corrección de la «anomalía» que mantenían las curvas de rendimientos de los bonos invertidas, ofreciendo una rentabilidad mayor en el corto que en el largo plazo en Estados Unidos.
Hoy, estas curvas están volviendo a su pendiente positiva, que se mantendrá durante el próximo año, y que han sido empujadas gracias a la victoria en EE.UU de Donald Trump, que han señalado desde el banco como uno de los aspectos fundamentales para el crecimiento de los mercados y la renta variable mantiene una evolución positiva con una previsión de acabar el año con una rentabilidad del 20% en los mercados desarrollados, aunque Vidal ha apostado por «ser cautos en 2025».
Los sólidos beneficios empresariales sostienen la rentabilidad de las acciones gracias a la aplicación de la tecnología y la transición energética hacia costes más bajos, lo que supone unos grandes márgenes de beneficio como se han observado en los últimos meses, pero que puede cambiar durante el 2025 debido a la «incertidumbre y volatilidad».
Aún así, el propio banco ha reducido su exposición a la renta fija y aumentado su inversión en acciones, señalando las posibilidades que van a ofrecer en los próximos años las empresas de menor tamaño gracias al «mayor impacto» que tienen sobre ellas las bajadas de tipos por sus «menores fuentes de financiación», así como el techo al que pueden haber llegado las grandes empresas tras su crecimiento en el anterior ciclo.