Según datos de la Seguridad Social recopilados por Funcas, los inmigrantes han cubierto el 40% de los nuevos empleos generados en España entre el primer trimestre de 2022 y el tercer trimestre de 2024.
Funcas subraya asimismo que en sectores como la hostelería, el comercio, y la construcción, el porcentaje se ha situado entre el 45% y el 60%, y en la agricultura, en el 80%.
De este modo, el 13,4% del total de afiliados a la Seguridad Social en el tercer trimestre de 2024 eran extranjeros, dos puntos porcentuales más que a comienzos de 2022.
La Encuesta de Población Activa (EPA) arroja un peso incluso mayor de los extranjeros en el crecimiento del empleo en el periodo, un 45%, y, además, han supuesto el 57% del incremento de la población activa, es decir, de la aportación de nueva mano de obra a la economía.
El 15% del total de ocupados actuales son, según la EPA, de nacionalidad extranjera, frente a un 12,7% en el primer trimestre de 2022.
La inmigración aporta el 84% del crecimiento de la población española desde 2022, por lo que ha pasado de representar el 11,6% de la población total a suponer el 13,8%, según ha recogido Funcas.
En concreto, desde 2022 la población se ha incrementado en 1,5 millones, y la población de nacionalidad extranjera ha aportado 1,2 millones (el 84%), mientras que la población con nacionalidad española ha aumentado en 232.000 personas.
«Esta tendencia es relevante en tanto que ha sostenido el crecimiento de la economía y la creación de empleo, en especial en los sectores más afectados por la escasez de mano de obra», han declarado desde Funcas.
Todas las comunidades autónomas han experimentado un fuerte ascenso de la población extranjera, que ha más que compensado la pérdida de población española, salvo en Extremadura, única comunidad donde la población total ha descendido en el mismo período.
La entrada de inmigrantes destaca sobre todo en algunas zonas muy afectadas por la despoblación, como Asturias, Castilla y León y Galicia. Por el contrario, el incremento de la población extranjera ha sido menor en territorios donde su cifra ya era elevada, como Baleares, Canarias o Cataluña.