Bankia, entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, espera poder empezar a devolver las ayudas que va a recibir en diciembre en 2015 mediante el pago de dividendos al Estado español.
«Nosotros podemos empezar a repartir dividendos en el año 2014 (…) que se paga el dividendo en el 2015, es decir, (…) al cerrar el año 2014 si tenemos beneficios y nosotros creemos que vamos a tener beneficios el año 2015 se dan los dividendos contra esos beneficios del año 2014», dijo José Ignacio Goirigolzarri.
El miércoles las autoridades bancarias españolas recibieron el visto bueno de Bruselas para que Bankia reciba una inyección europea de 18.000 millones de euros y aplique un plan impuesto con Bruselas que contempla una amplia reducción de red, costes y plantilla, y la vuelta a beneficios el año que viene tras realizar un saneamiento que dejará pérdidas récord de 19.000 millones de euros este año.
Goirigolzarri dijo que, independientemente de la remuneración a los accionistas, el Estado español -al igual que el resto de accionistas- tendrá en todo momento la oportunidad de desinvertir en un banco para hacer caja y devolver el dinero a Bruselas antes de la fecha inicial prevista para el pago de dividendos.
«Bankia tendrá valor como cualquier sociedad que está cotizando en bolsa y ese es un valor que se puede transformar en dinero vendiendo las acciones y revirtiendo también a través de esa vía las ayudas que se han recibido», dijo.
El ejecutivo reconoció que el saneamiento de Bankia y de las otras tres entidades nacionalizadas bajo tutela español será «una condición necesaria pero no suficiente» para que vuelva el crédito a la maltrecha economía española.
«Tenemos una situación que desde el punto de vista macroeconómico tiene que mejorar… Pero sobre todo necesitamos liquidez», dijo, en referencia al caro acceso del mercado para el Tesoro público y las empresas españolas.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en España a partir de 2008 ha deteriorado los balances de la banca, sumiendo a la economía en una profunda depresión y dejando a las finanzas públicas al borde de un rescate europeo.
Las dificultades de muchos españoles que no pueden afrontar los pagos de sus hipotecas no son ajenas a Bankia, dijo Goirigolzarri, lo que ha llevado al grupo a paralizar los desahucios de los casos para personas «en situación de vulnerabilidad».
«Para nosotros este es un tema muy importante, tenemos una cartera hipotecaria muy amplia… nosotros en los últimos dos años hemos refinanciado 88.000 hipotecas, casi un 10 por ciento de nuestra cartera hipotecaria», dijo, añadiendo que Bankia está desarrollando un protocolo para evitar que las dificultades de pago acaben en lanzamientos.
Goirigolzarri reiteró la intención de Bankia de que el recorte previsto de 6.000 puestos de trabajo no se traduzca en despidos y que la creación de valor compense a los titulares de preferentes a los que se les va a entregar acciones aplicando una quita.
«Tenemos el compromiso de que esas acciones vayan a adquiriendo valor en el futuro», dijo, añadiendo que esperaba que el precio de conversión sea «positivo».
De momento, los accionistas de Bankia ya han perdido alrededor de un 70% desde la salida a bolsa el año pasado. La próxima ampliación de capital de 10.700 millones de euros que instrumentará la inyección de fondos públicos en diciembre supondrá una dilución adicional para los accionistas, advirtió el broker Banesto el jueves.
«Nos preocupa la enorme dilución que se producirá tras una ampliación de capital de 10.000 millones de euros en un banco que vale hoy menos de 2.000 millones», dijo el broker.
Se estima que la posterior ampliación de capital para entregar acciones a cambio de preferentes sea de otros 4.700 millones de euros.