El consejero delegado de la entidad bancaria española BBVA, Francisco González, se muestra partidario de que el Banco Central Europeo (BCE) compre grandes cantidades de deuda soberana de países en dificultades de la eurozona.
González ha pedido a los políticos europeos que actúen, por una vez, por delante de los mercados y los tomen «por sorpresa», otorgando un papel más activo al Banco Central Europeo (BCE) y estableciendo una ‘hoja de ruta’ vinculante del proceso de fortalecimiento de la gobernanza del euro, con reglas «claras» para todos los países y un calendario «preciso» de las distintas etapas.
«Ésta es la hora en la que los políticos europeos tienen que mostrar visión, buen juicio y coraje», señala González ya que si se consigue sorprender a los mercados de esta forma se iniciará el «principio del fin» de la crisis y una «gran oportunidad» para reconstruir el proyecto europeo sobre bases más sólidas.
González explica que la solución «permanente» a los problemas del euro sólo puede ser un «avance sustancial» en la integración europea, lo que implica que todos los países deben ceder soberanía para someterse a reglas comunes y a una supervisión supranacional con un sistema «riguroso y automático» de sanciones por incumplimiento y de respaldo para los que cumplan.
Sin embargo, admite que la construcción de una nueva gobernanza es un proceso político y legislativo «complejo», sobre todo la conversión del BCE en el prestamista europeo de última instancia, una medida muy debatida en estos momentos, pero que exigirá avances y resultados en el proceso de ajustes y reformas de los países en dificultades.
A su parecer, esto supondrá un tiempo que Europa «no tiene», por lo que es «urgente» un acuerdo para dibujar la ‘hoja de ruta’ y garantizar una financiación suficiente a precios razonables para todos los Tesoros y bancos europeos «solventes, pero vulnerables».
Para conseguir este objetivo, cree que el BCE debería ampliar la gama de activos que acepta en sus operaciones y prestar en cantidades «generosas» a tipos mucho más largos, como a 3 años. Según el presidente de BBVA, esto facilitará la compra de deuda y mantendrá un flujo sustancial de compras hasta que lo peor de la crisis haya pasado, al tiempo que hay que acelerar la implementación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).