Fitch Ratings ha señalado que la decisión de los accionistas del Banco Portugués de Inversiones (BPI) de eliminar las restricciones a los derechos de voto, es “positivo” para la banca lusa, porque va a permitir que CaixaBank implemente un plan de racionalización.
Fitch ha explicado en una nota que esta decisión es un “paso importante” para la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por CaixaBank, porque en caso de que sea exitosa, alentará a otros bancos a intentar lo mismo.
En el año 1995, CaixaBank entró en BPI y con el paso de los años fue elevando su participación, aunque los derechos de voto estaban limitados al 20%. En abril de este año, la entidad catalana ofreció una OPA voluntaria a un precio de 1,113 euros por acción, siempre y cuando se eliminara la restricción en el voto. El pasado miércoles, la junta de accionistas de BPI finalmente dio el visto bueno a la modificación de los estatutos para eliminar esta cláusula.
La agencia de calificación ha indicado que “una vez de CaixaBank tome pleno control de BPI, será más fácil implementar cambios estratégicos que son esenciales para impulsar la productividad y fortalecer su último perfil de crédito”.
En este sentido, Fitch considera que el éxito de la OPA generaría un impacto positivo en el rating de BPI en el corto plazo.
La agencia de calificación prevé que el plan de restructuración de CaixaBank en BPI va a reducir en un 13% los costes operativos del banco portugués al tercer año de la consolidación de la OPA.
Por último, Fitch ha agregado que lo ve “como algo positivo, ya que es crucial para los bancos portugueses mantener los costes de eficiencia en un entorno de bajos tipos de interés, visto que la expansión economía lusa se ralentizará en la segunda mitad de 2016 y en 2017”.