Bank of China ha ganado 115.575 millones de yuanes (14.513 millones de euros) en el primer semestre del año, lo que supone un 4,5% más con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
La facturación del banco entre los meses de enero y junio de este año se ha elevado hasta los 251.482 millones de yuanes (31.599 millones de euros), por lo que se ha incrementado un 1,25% en relación a los seis primeros meses del año 2017.
Los intereses se han mantenido como la principal fuente de ingresos del banco al aumentar un 7%, hasta ubicarse en 176.701 millones de yuanes (22.203 millones de euros).
En cambio, los ingresos no procedentes de los intereses, incluyendo aquellos por tasas y comisiones, han descendido un 10,2%, hasta los 74.781 millones de yuanes (9.396 millones de euros).
Los gastos operativos de la entidad financiera se mantuvieron estables (+0,57%) y totalizaron unos 82.132 millones de yuanes (10.319 millones de euros). Sin embargo, los analistas han dicho que las pérdidas, consecuencia de la devaluación de los activos, aumentaron un 4,86%, hasta los 28.270 millones de yuanes (3.552 millones de euros).
Al término del segundo trimestre del año, Bank of China tenía contabilizados unos 402,5 millones de clientes, lo que supone un crecimiento del 5,9% en comparación a los datos registrados hace 12 meses.
Para el segundo semestre del año, Bank of China ha indicado que se unirá al «pensamiento de Xi Jinping» con el propósito de convertir a la entidad financiera en un banco que sea de «clase mundial» con el enfoque puesto en la «innovación» y la búsqueda de un crecimiento «estable».
El Bank of China es uno de los cuatro bancos comerciales propiedad del estado más grandes de la República Popular China. Fue fundado en 1912 por el Gobierno en sustitución del Banco de Gobierno de la China Imperial. Aunque en un principio funcionaba como el banco central, en 1948 el Banco Popular Chino, reemplazó esa función. Posteriormente, el Bank of China se convirtió en un banco puramente comercial.