La agencia de calificación Moody’s ha ratificado el rating de los depósitos a largo plazo de Banca March en ‘A3’ con perspectiva ‘estable’, esta nota se justifica por el «sólido perfil crediticio del banco, con ratios de solvencia que se sitúan entre los más altos del sistema bancario español y una robusta posición de liquidez, apoyada en una elevada disponibilidad de activos líquidos».
Moody’s ha señalado que la robustez crediticia de Banca March está apuntalada por el arraigo de la entidad en Baleares y la fortaleza de la marca en banca corporativa y patrimonial, que sirven de soporte a unos «beneficios estables y recurrentes», unos «robustos ratios de capital» y un «sólido perfil de pasivo», sustentado en la amplia base de depósitos del banco y en la elevada disponibilidad de activos líquidos.
Además, la agencia ha destacado la reducida exposición de Banca March a activos problemáticos, con una ratio de morosidad del 1,62% al cierre de 2020, significativamente por debajo de la media del sector (4,3%), y una ratio de cobertura de créditos dudosos del 59%, también por debajo del 70% del sector.
Por otro lado, Moody’s ha resaltado las robustas ratios de capital regulatorio del banco, con un CET1 del 18,4% a finales de 2020, a pesar de que dicho parámetro «está penalizado por el tratamiento regulatorio de la participación en Alba», y la estabilidad de ingresos en un contexto de bajos tipos de interés, que proceden fundamentalmente de su negocio especializado de gestión patrimonial y banca privada, así como de los ingresos por servicios de su filial Inversis.
La semana anterior, Moody’s Investors Service elevó la calificación de la deuda de Portugal un escalón, de Baa3 a Baa2, citando la «sólida recuperación» del país impulsada por el apoyo de la Unión Europea.
La UE aprobó en junio el plan de reformas de Lisboa, que desbloqueó 16,000 millones de euros de financiación.
«La economía portuguesa está experimentando un sólido repunte tras la recesión pandémica, a pesar de los continuos desafíos en el sector turístico».
El informe señalaba una normalización del empleo que ha favorecido el consumo, mientras que «un mayor repunte en los principales mercados de exportación está apoyando la recuperación de las exportaciones de bienes».