JP Morgan Chase ha anunciado esta semana una nueva reestructuración de plantilla, que afectará aproximadamente a unos 100 empleados, de acuerdo con una información de The Wall Street Journal.
Dichos movimientos, que afectan a empleados que se encuentran en diversos puestos y ubicaciones, siguen las anteriores rondas de despidos que la entidad financiera ha estado llevando a cabo en Estados Unidos durante los últimos meses.
JP Morgan Chase disminuyó hace poco tiempo hasta en 30 puestos el personal que labora en su región de Asia. Durante los últimos meses, la división de banca privada también ha estado realizando importantes recortes de puestos en la ciudad de Nueva York, Londres, Washington y Boston.
De igual forma, según detalla el medio de comunicación estadounidense, los despidos son consecuencia del cambio llevado a cabo por JP Morgan que afecta a los clientes de la división perteneciente a banca privada para el cierre de este 2016, debido a que serán obligados a contar en sus cuentas con por lo menos 10 millones de dólares (8,96 millones de euros) en activos invertibles, el doble del mínimo actual, situado en 5 millones de dólares (4,48 millones de euros).
Las entidades financieras se están concentrando cada vez más en la administración del dinero de “clientes ricos”, que generan más tasas y se traducen en menos riesgos que los que pueden ocasionar clientes que provengan de clase media y con ingresos más humildes.
Sin embargo, como consecuencia de que los clientes más importantes usualmente solicitan más atención, las entidades financieras están siendo más rigurosas para seleccionar si el cliente es “apto” para ese servicio más personalizado.