Royal Bank of Scotland (RBS) obtuvo unas pérdidas atribuidas de 6.995 millones de libras (8.275 millones de euros) en 2016, lo que supone un 253% más que hace un año.
Este es el noveno año consecutivo en que el RBS está en números rojos, después de que el gobierno laborista de Gordon Brown lo rescatase y se hiciera con el 72% de su participación.
En un comunicado a la Bolsa de Londres, el banco señaló que obtuvo unas pérdidas operativas de 4.082 millones de libras (4.816 millones de euros) en 2016, un 51 % más que el año anterior.
En cuanto a la solvencia, el ratio TIER 1 -recursos propios básicos-, fue del 13,4 % al pasado 31 de diciembre, frente al 15 % del año anterior, en tanto que el ratio préstamos-depósitos fue del 91 %, igual que hace un año, según la nota divulgada hoy.
RBS ha estado sumido en altos costes derivados de su reestructuración, además de multas por litigios, que han ascendido a 5.868 millones de libras (6.924 millones de euros).
Ross McEwan, consejero delegado del banco, ha dispuesto importantes recortes de costes estimados en 2.000 millones de libras (2.366 millones de euros), lo que se espera derive en una pérdida de numerosos puestos de trabajo y el cierre de sucursales.
McEwan dijo que la reducción de costes es «enorme», pero que «desafortunadamente habrá pérdida de empleos».
«Las sucursales han cerrado y seguirán cerrándose. El modelo de sucursal está cambiando y lo que hace la gente en las sucursales», agregó el directivo, en clara referencia a que mucha de la actividad bancaria se hace a través de Internet.