José Antonio Álvarez, el consejero delegado de Banco Santander, ha afirmado que «Si no se salva al cliente, olvídate de la capacidad recuperatoria del préstamo”, durante su intervención en el ‘I Simposio del Observatorio de la Finanzas’, organizado por El Español e Invertia.
El CEO de Banco Santander ha subrayado de este modo que salvar a la mayoría de sus clientes de los problemas que puedan tener debido a la situación de crisis generada por el coronavirus, va en el propio interés de la entidad.
No obstante, Álvarez ha reconocido que habrá empresas que finalmente no serán viables, una vez termine la actual situación de pandemia.
El consejero delegado de la entidad presidida por Ana Botín ha solicitado esperar a volver a la normalidad para comprender los cambios en las situaciones financieras de las empresas. En este sentido, cree que las «recetas valen para poco», porque las situaciones empresariales no son extrapolables entre sí, y no puede pretenderse echar mano de un procedimiento universal o global.
Álvarez ha recalcado que mientras las compañías no operen de nuevo en una situación de normalidad, es inútil tratar de hacer un análisis del riesgo. Por ello, el CEO de Banco Santander apoya actualmente la ampliación del plazo de carencia. En su opinión, la gestión del riesgo crediticio durará unos dos o tres años más.
En cualquier caso, Álvarez opina «que es un hecho que se va a producir un aumento de la morosidad», aunque no puede establecerse hasta qué punto, porque dependerá de la intensidad del impacto sobre el tejido productivo y de los distintos sectores.
Banco Santander no tiene previsto usar los colchones de capital para hacer frente al potencial deterioro del crédito. «No pienso tener que usar la base de capital para el deterioro del crédito, pienso seguir generando beneficios», ha afirmado José Antonio Álvarez.
En este último aspecto, el CEO de Banco Santander ha destacado la importancia de los beneficios, ya que, además de no tener que usar la base de capital para hacer frente al deterioro del crédito, son la esencia para poder repartir dividendos.
Álvarez ha indicado que «Esperamos que en septiembre el Banco Central Europeo (BCE) deje más libertad para la política de dividendos y que cada entidad lo establezca. Nosotros queremos volver a nuestra política tradicional de repartir un pay-out de entre el 40% y el 50%».
El directivo ha descartado las fusiones transfronterizas como una palanca para mejorar la situación de la banca europea. De hecho, ha afirmado que «No hay solapamientos, el tema tecnológico hay que ver si se puede llevar a cabo y, sobre todo, el mercado único bancario no es real en estos momentos, no hay un fondo de garantía de depósitos común y mucha normativa nacional que impediría una fusión real».