Banco de Chile es la primera entidad en solicitar una revisión de la tarifa interbancaria por el uso de los cajeros automáticos, cuando se cumple un año de la firma del decreto que modificó la normativa de seguridad asociada a los cajeros automáticos.
Cada vez que el usuario de un banco determinado utiliza cajeros automáticos que son propiedad de otras entidades bancarias, se aplica el cobro de la tarifa.
La tarifa interbancaria que actualmente rige es aquella que se negoció en 2012 y que fijó en 247 dólares (197 euros) el costo que asume un banco cuando su cliente opera en un cajero de otra entidad. Denuncian que este precio conformaría el ingreso que genera la instalación de un cajero, se queda corto frente a los costos de administrar esa red.
Desde un banco explican que en promedio el costo de mantener un cajero habría subido entre un 50% y 60%, aunque depende de la ubicación, del servicio de transporte de valores, etc.; pero advierten que la tarifa interbancaria no necesariamente va a subir en esa proporción.
Los especialistas afirman que será una “ardua y larga negociación”, la cual prevén que comience en marzo. El Banco de Chile debería recurrir a un experto en tarifas para que éste determine el valor. Este proceso, enfatizan entendidos en la materia, debe ser transparente.
El contrato que selló la última negociación efectuada en 2012 no tenía un plazo determinado en el cual estaría vigente esa nueva tarifa. Por el mayor costo de operar un cajero, la industria ha tenido que reducir el parque de dispensadores, que ha provocado una mayor presión en los que están operando actualmente. El mayor efecto de esto es la disminución de la tasa de disponibilidad (uptime) de este servicio.