José Sevilla, el consejero delegado de Bankia, ha señalado que “la fusión con CaixaBank supone crear una entidad más fuerte en un entorno incierto”, y crear una entidad “más fuerte y mejor preparada. Es una operación que en las dos casas hacemos con un gran convencimiento”.
Durante su participación en el XI Encuentro Financiero Expansión-KPMG, Sevilla ha comentado que antes de que se materialice la fusión se debe convocar a las juntas de accionistas extraordinarias, así como obtener las autorizaciones regulatorias, por lo que la operación se cerrará en el primer trimestre de 2021.
Aunque Sevilla ha creído siempre en la capacidad de Bankia para ser un proyecto independiente, algo que quedó reflejado en el Plan Estratégico 2018-2020, el consejero delegado ha dicho que “el mundo ha cambiado radicalmente en los últimos meses”, con un entorno de tipos de interés en negativo más prolongado de lo previsto y con una pandemia cuyos efectos finales aún se desconocen.
El directivo ha destacado que “la respuesta a esa dificultad económica, que tendrá un impacto en la morosidad y en la cuenta de resultados, es la fusión, que es la mejor manera de mejorar la rentabilidad en este contexto y afrontar mejor la situación”.
Además, ha recordado que en esta operación cada partner aporta una cosa. Bankia ofrece un exceso de capital de 2.500 millones de euros a final de año, un objetivo que está contemplado en su Plan Estratégico 2018-2020.
Sevilla ha comentado que “nos parecía que la mejor manera de utilizarlos por los accionistas era ponerlo en valor en una operación como esta. El hecho de que en la ecuación de canje haya una prima del 20% para los accionistas de Bankia en buena media es reflejo de la situación de exceso de capital con el que partimos”.
Sin embargo, el consejero delegado de Bankia ha agregado que hasta que la fusión se lleve a cabo, ambas entidades seguirán operando como bancos independientes.