La Comisión Europea (CE) ha alertado sobre el impacto que tendrá la venta de Novo Banco en el déficit de Portugal.
Un informe publicado por la CE reconoce que la ejecución presupuestaria hasta mayo apunta a que la meta de déficit será cumplida, pero ha recordado que todavía existen riesgos.
La CE ha señalado que “los riesgos negativos pueden materializarse a través de un deterioro de las perspectivas macroeconómicas, una mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros y también a través de las necesidades todavía por conocer de la recapitalización bancaria”.
Asimismo, ha indicado que el impacto de la venta de Novo Banco se conocerá cuando la operación sea realizada y ha agregado que “un acuerdo sobre la venta reduciría la incertidumbre actual sobre los impactos para el sector bancario y la economía en general. Cualquier impacto financiero sobre el sector bancario podría ser allanado si se escalona en varios años”.
Novo Banco se estableció después de la intervención del Banco Espírito Santo (BES), y recibió un crédito público de 3.900 millones de euros y otros 1.000 millones otorgados por parte del resto de la banca de Portugal. En este sentido, si la venta se concreta por debajo de los 4.900 millones de euros podría generar pérdidas y afectar las cuentas del Estado luso.
Por otro lado, el informe de la CE alerta sobre el impacto que podría tener en el déficit la recapitalización de la estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD).
Sin embargo, el informe sólo recopila datos hasta mediados de julio y no toma en cuenta el acuerdo establecido en agosto entre la CE y el Gobierno de Portugal para capitalizar el banco con 4.600 millones de euros. Se prevé que esta operación se realice en condiciones de mercado, por lo que no será considerada una ayuda pública.
Después de que la CE tomara la decisión de no sancionar a Portugal por el déficit excesivo de 2015, Bruselas ha exigido que cierre el 2016 con un déficit inferior al 2,5% del PIB.