El banco holandés ABN Amro ha ganado un 1% más durante el ejercicio de 2013 respecto a 2012, obteniendo un beneficio neto de 1.160 millones de euros, según ha informado la propia entidad.
Los ingresos anuales ascendieron a 7.324 millones, prácticamente sin cambios respecto al año anterior, mientras que su resultado operativo fue de 2.554 millones, un 4% menos que en 2013. Sólo en el cuarto trimestre del año, el grupo registró una pérdida neta de 47 millones de euros, debido fundamentalmente al impacto de los impuestos bancarios anuales (106 millones) y a los préstamos dudosos (555 millones).
El presidente de la entidad, Gerrit Zalm, ha dicho que 2013 «fue en conjunto un año difícil que ha llevado a un resultado modesto para ABN Amro», e indicó que el banco está expuesto sobre todo en el mercado holandés, donde el gasto doméstico lleva disminuyendo desde 2008.
Zalm confió, no obstante, en que 2013 haya sido el final del hundimiento del ciclo económico e indicó que, de cara al futuro, la entidad percibe «señales de una mejora en el mercado de la vivienda, con la estabilización de los precios y el aumento de las solicitudes de préstamos hipotecarios».
El sentimiento empresarial mejoró en 2013, recuerda Zalm, que no obstante advierte de que, incluso aunque la economía logre «girar la esquina», se espera que los créditos incobrables sigan siendo elevados en 2014.
El grupo ABN Amro fue adquirido en 2007 por el banco belga-holandés Fortis, el británico RBS y el español Santander, antes de que la crisis económica llevara al grupo Fortis a la bancarrota. Entonces, los gobiernos de Holanda y Bélgica se vieron obligados a adquirir Fortis para evitar su hundimiento, y decidieron unir la parte holandesa de Fortis y sus acciones en ABN Amro.
En 2010 se produjo la división completa entre la parte del banco nacionalizada por el Estado holandés y la del RBS, operación no terminada hasta que ABN Amro Bank no fue totalmente traspasado a un nuevo grupo constituido por el Estado de Países Bajos y la parte holandesa de Fortis.