El Banco Central Europeo (BCE) ha dado su visto bueno al plan estratégico presentado por el Banco Sabadell a finales de mayo.
En concreto, el BCE le ha concedido dos años para desarrollar este plan sin necesidad de acometer operaciones corporativas, un giro radical respecto a las presiones que le llevaron a negociar su fusión fallida con BBVA.
Fuentes conocedoras de la situación han explicado que “el BCE les ha dado tiempo para que pongan el banco en orden, ejecuten su plan y salgan de la crisis del covid, un tiempo en que no les presionará para que se fusionen ni tampoco para que vendan TSB”.
Desde Sabadell siempre han negado que su banco británico esté en venta, aunque ha recibido ofertas por debajo de lo que pretende obtener por él.
Esta respuesta del BCE permite a la entidad que preside Josep Oliu centrarse en la gestión del negocio sin perder el foco en la búsqueda de posibles novios y en la negociación de una integración.
César González-Bueno, consejero delegado de Sabadell, agradece este respiro del BCE porque le permitirá acometer la transformación que pretende para incrementar su rentabilidad.
Sin embargo, los expertos consideran que no será un camino fácil para Sabadell, porque tiene una elevada exposición a pymes y, especialmente, del sector de la hostelería y el turismo; es decir, los más afectados por la pandemia.
Una fuente cercana ha dicho que “el BCE les va a supervisar férreamente para que puedan ir absorbiendo el aumento de la morosidad sin problemas, y en un par de años se verá cómo está la cosa”.
En el mundo financiero existe una gran preocupación y es por las posibles dificultades de la banca para superar la crisis provocada por el coronavirus. Pero, en el caso de Sabadell, los analistas también han cuestionado su plan estratégico porque lo consideran poco ambicioso. Particularmente, porque la reducción de costes se queda corta y porque sus objetivos de rentabilidad (6% medida como ROTE) están lejos de los del resto del sector.