Carlos Torres, consejero delegado de BBVA, ha advertido al Ejecutivo de Pedro Sánchez que llevar a la práctica una de sus promesas estrella, crear un impuesto a los bancos para sufragar las pensiones, tendría consecuencias para los consumidores.
Torres ha afirmado que sería una medida «errónea» que encarecería el crédito y lo haría menos accesible.
En las jornadas de inauguración de los cursos que organiza la Asociación de Periodistas Económicos (Apie) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y patrocinados por BBVA, Torres no ha dudado en hacer estas advertencias ante la ministra de Industria, María Reyes Maroto, quien también ha participado en las jornadas.
«Lo importante es reforzar la sostenibilidad del sistema de las pensiones», ha afirmado el consejero delegado de BBVA, quien ha negado que un impuesto a la banca se pueda justificar por el rescate de más de 40.000 millones de euros al sector financiero.
Torres ha defendido que estas ayudas públicas se utilizaron para reflotar a las cajas de ahorros, y no a los bancos. Ha abogado por cambiar el sistema tributario para hacer más sostenibles las pensiones, pero sin «perjudicar» a un sector concreto. Y ha argumentado que existen ejemplos en los que crear un impuesto a una actividad concreta genera una «distorsión».
La ministra de Industria ha emplazado al Pacto de Toledo para debatir si se tiene que impulsar una medida extraordinaria como un impuesto a los bancos.
«Se tiene que debatir la sostenibilidad del sistema. Hay que pensar cómo garantizar las pensiones: si se instrumentaliza con un impuesto a la banca o a las tecnológicas. Pero hay que tener ese debate porque hay un problema de ingresos», ha explicado.
El Gobierno tuvo que emitir deuda la semana pasada para pagar a los pensionistas la paga extra de verano. Por otro lado, Maroto ha anticipado que el Gobierno lanzará una hoja de ruta para fomentar la digitalización de la industria y los servicios en España.
Esta misma semana, la entidad vendió una cartera de crédito promotor de 1.000 millones de euros al fondo de pensiones canadiense CPPI, con lo que su exposición al sector inmobiliario se ha reducido prácticamente a cero en «tiempo récord», según ha informado la entidad.
La estrategia de BBVA anunciada a principios de 2017 para desprenderse de sus activos inmobiliarios en España ha finalizado prácticamente en la mitad del tiempo previsto con la venta de esta última cartera denominada ‘Sintra’, compuesta por préstamos de promociones de viviendas terminadas distribuidas por Andalucía, Madrid, Valencia y Cataluña.