El Gobierno de Suiza ha anunciado que va a imponer una serie de requerimientos de capital más estrictos a UBS y Credit Suisse a finales de este año, con el objetivo de protegerlos ante futuras crisis.
Suiza ha unido fuerzas con las autoridades y los reguladores para asegurar que los bancos no se vuelvan tan grandes e interconectados con el sistema financiero internacional, de modo que no lleguen a necesitar un rescate con dinero de los contribuyentes en caso de que se presente algún inconveniente.
Después de que varios bancos fueran rescatados durante la crisis financiera de 2007-2009, Estados Unidos y Europa han establecido como una prioridad resolver este asunto.
El Gobierno de Suiza ha afirmado en un comunicado que “se requieren medidas y ajustes adicionales para impulsar la resiliencia de bancos sistémicamente importantes y para hacer posible su reestructuración o resolución ordenada sin que los contribuyentes incurran en costo alguno”.
Las enmiendas a la legislación se presentarán a finales de este 2015, una vez se trabajen con la colaboración del Banco Central de Suiza y los prestamistas.
La reacción del Gobierno de Suiza es una respuesta a las recomendaciones formuladas por una comisión de expertos que propusieron que UBS y Credit Suisse fueran sujetos a un ratio de apalancamiento más alto, el más amplio de los requerimientos de capital.
El presidente ejecutivo de UBS, Sergio Ermotti, señaló la semana pasada que esperaba que Suiza postergará propuestas formales para tener ratios de apalancamiento, hasta que los reguladores internacionales hayan considerado la medida, lo que se espera que ocurra este año o el próximo.