Novo Banco, la entidad portuguesa creada tras la quiebra del Banco Espírito Santo (BES), registró unas pérdidas de 788,3 millones de euros en 2016, un 15,3 % menos respecto al año anterior.
A través de un comunicado, el banco luso ha señalado que los resultados fueron penalizados por el elevado nivel de provisiones, que ascendieron a 1.374,7 millones de euros, un 30 % por encima del montante de 2015.
Estas provisiones fueron dedicadas a cubrir créditos, títulos, la reestructuración de la entidad y el fondo de comercio (‘goodwill’) del negocio de seguros, según especificó Novo Banco.
La entidad también ha precisado que el producto bancario -equivalente a los ingresos de la entidad- se situó en 977,5 millones de euros, un 11,1 % más, mientras que los costes operativos se redujeron un 21,7 % y se situaron en 590,9 millones.
Con ello, el resultado operativo alcanzó los 386,6 millones de euros, muy por encima del valor de 2015, cuando se situó en 125 millones, lo que no evitó que el resultado antes de impuestos fuese negativo en 988,1 millones, frente a los 933 millones de un año antes.
El tercer mayor banco de Portugal cerró el año pasado con 25.585 millones de euros en depósitos, más de 1.700 menos que en 2015, y el crédito en riesgo ya supone el 25,6 % del crédito total concedido.
En términos de solvencia, Novo Banco presenta un ratio Common Equity Tier I del 12 %, 1,5 puntos porcentuales por debajo del que tenía en diciembre del año pasado.
El banco luso señaló que los objetivos del plan de reestructuración que implementó «fueron integralmente cumplidos» y que, respecto a noviembre de 2015, la plantilla se redujo en 1312 trabajadores (ahora cuenta con algo más de 6.000 empleados), y se cerraron 116 oficinas, totalizando la red actual 537 sucursales.