Wells Fargo ganó 20.689 millones de dólares (18.084 millones de euros) en 2018, lo que supone un aumento del 1% con respecto al año anterior.
La facturación total de Wells Fargo se situó en 86.408 millones de dólares (75.450 millones de euros), una cifra que descendió en un 2% en comparación a los datos del año anterior.
Los ingresos por intereses netos se elevaron un 3% hasta alcanzar los 48.251 millones de dólares (42.124 millones de euros). Nos obstante, ese crecimiento no ha compensado la caída en los ingresos por comisiones e intermediación, que cerraron el 2018 con una caída del 6%, hasta los 36.413 millones de dólares (31.789 millones de euros).
En el último trimestre del año, Wells Fargo registró una facturación neta de 20.980 millones de dólares (18.319 millones de euros), lo que supone un descenso del 5%. Y el beneficio neto cayó un 1% hasta los 6.064 millones de dólares (5.294 millones de euros).
El consejero delegado del banco, Tim Sloan, se ha mostrado «orgulloso» de los cambios que ha logrado la compañía durante el año 2018, sobre todo en relación con su «gestión del riesgo».
John Shrewsberry, director financiero de Wells Fargo, ha dicho que «nuestro enfoque en la reducción de gastos nos permitió cumplir con nuestro objetivo de gastos de 2019, y estamos en camino de cumplir con nuestra meta de costes también en 2019», después de señalar que el banco había tenido «tendencias positivas» en todos los segmentos de negocio durante el cuarto trimestre del año.
Los activos bajo gestión de Wells Fargo cayeron en 2018 un 8%, hasta ubicarse en 466.000 millones de dólares (406.912 millones de euros) debido a la venta de la participación de la entidad financiera en RockCreek, así como a una mayor salida de capitales por la buena marcha de los mercados.