ABN Amro ha perdido 400 millones de euros en el primer semestre del año, frente al beneficio neto de 1.172 millones de euros obtenido en la primera mitad de 2019, debido al aumento de las provisiones por impagos de créditos.
En el primer semestre del año, ABN Amro ha destinado un total de 1.814 millones de euros a cubrir impagos crediticios, incluyendo 703 millones entre abril y junio, un 445% más que en el segundo trimestre del año pasado.
La cifra de negocio del banco ha alcanzado entre los meses de enero y junio los 3.909 millones de euros, lo que supone un 11,2% menos que un año antes, con una caída del 7% de los ingresos por intereses netos, hasta 3.041millones, y del 2% en los ingresos por comisiones, hasta 813 millones.
En el segundo trimestre del año, ABN Amro ha perdido 5 millones de euros, respecto al beneficio neto atribuido de 693 millones contabilizado entre los meses de abril y junio de 2019, mientras que la cifra de negocio operativa del banco se ha reducido un 14,5%, hasta 1.985 millones de euros.
Robert Swaak, el consejero delegado de ABN Amro, ha explicado que la nueva estrategia de la entidad pasa por dar servicio a los clientes en segmentos en los que pueda lograr escala, por lo que se centrará en los Países Bajos y el noroeste de Europa.
De esta forma, el negocio de la banca corporativa e institucional (CIB) abandonará todas sus actividades no europeas en banca corporativa, mientras que ABN Amro dejará de prestar servicios de financiación de comercio de materias primas, mientras que el negocio de recursos naturales y transporte y logística se centrará exclusivamente en clientes europeos.
El negocio de banca corporativa e institucional de ABN Amro se dividirá en actividades estratégicas y no estratégicas. Estas últimas, que representan aproximadamente el 45% de los préstamos a clientes de la unidad de negocio, serán liquidadas en los próximos 3 o 4 años, afectando a unos 800 trabajadores actualmente encargados de las mismas.