El Fondo Interbancario de Garantía de Depósitos italiano (FITD) y Blackrock se han unido para rescatar el Banco Carige, intervenido por el Banco Central Europeo (BCE), en un plan que incluye una ampliación de capital de unos 720 millones de euros.
Salvatore Maccarone, el presidente del FITD, ha explicado que el Consejo de Administración ha acordado invertir en acciones los 320 millones en bonos de Carige que suscribió de forma voluntaria en noviembre de 2018.
Esta operación forma parte del plan que los tres administradores concursales que gestionan temporalmente la entidad italiana desde enero han acordado con Blackrock y que tendrá que ser presentado al BCE) en los próximos días para obtener su visto bueno.
Maccarone ha detallado que el proyecto para salvar a Carige se dividirá en “tres ampliaciones de capital, vinculadas entre sí en un único contexto”.
La primera será la conversión total del bono suscrito por el fondo italiano en el mes de noviembre, la segunda estará reservada a Blackrock y la tercera será competencia de los socios del banco, pero cuya cobertura total estará garantizada por Blackrock.
Gracias a esta operación, el fondo italiano se quedará con el 43% del capital del Banco Carige, pero su objetivo es abandonar la inversión para salir del capital en el año 2023.
Maccarone ha destacado que la voluntad es culminar este proceso antes de que finalice el año y ha dicho que es muy probable que Blackrock nombre al próximo consejero delegado de Carige.
El 02 de enero de este año el BCE intervino el Banco Carige, después de que no consiguiera aprobar una ampliación de capital de 400 millones de euros y la emisión de bonos por 320 millones de euros. Este fracaso trajo como consecuencia la dimisión de la mayor parte de sus directivos.
Ante esta situación, el Gobierno de Italia aprobó un decreto ley con el fin de ofrecer la garantía estatal ante futuras emisiones de obligaciones o una posible recapitalización cautelar con dinero público, opción que ha sido rechazada por el banco.