Banca Carige ha llegado a un acuerdo con inversores privados, con el objetivo de aprobar una ampliación de capital de 700 millones de euros y evitar su quiebra.
La entidad financiera italiana ha detallado que los sujetos participantes son el Fondo Interbancario de Garantía de Depósitos (FITD), la Cassa Centrale Banca-Crédito Cooperativo Italiano (CCB), la Sociedad de Gestión de actividades (SGA) y otras instituciones financieras.
Además de la ampliación de capital, se emitirán «warrants» y un nuevo préstamo subordinado clasificable como instrumento de capital Tier2 por 200 millones de euros.
El banco ha explicado que se reconocerán una serie de acciones libres con un valor de 10 millones de euros a favor de los accionistas actuales contra las acciones por debajo de un cierto umbral y el Fondo de Garantía otorgará a CCB una opción de compra de todas sus acciones ordinarias tras el aumento de capital.
Banca Carige ha dicho que este acuerdo es «un paso fundamental en el proyecto de reorganización del banco y la combinación de negocios iniciada, con una fuerte connotación industrial» y ha agregado que la solución debe ser aprobada por los accionistas del banco y por los órganos de supervisión correspondientes.
El banco italiano fue intervenido en enero de 2018 por el BCE, después de que la junta de accionistas no consiguiera aprobar una emisión de bonos y una ampliación de capital por 400 millones de euros, lo que trajo como consecuencia la dimisión de la mayoría de los directivos.
El BCE decidió nombrar a tres administradores temporales quienes se han encargado de elaborar un plan estratégico para 2019-2023, con el objetivo de relanzar el negocio y devolver al banco a los niveles de rentabilidad y sostenibilidad necesarios.
Tras la intervención del banco, el Gobierno de Italia aprobó un decreto ley que abría a una posible recapitalización cautelar con dinero público en caso de que fuera necesario.