José Ignacio Goirigolzarri, el presidente de Bankia, ha señalado este miércoles que las recientes medidas puestas en marcha por el Banco Central Europeo (BCE) van a potenciar el crédito y suavizar aún más los tipos de interés.
Así lo ha señalado antes de pronunciar la conferencia ‘Bankia, trabajando desde los principios’ en una jornada organizada por Fundación Étnor, a preguntas de los periodistas sobre las medidas dadas a conocer por el gobernador del BCE, Mario Draghi.
Goirigolzarri ha realizado «una valoración muy positiva de las decisiones que tomó el BCE» y que persiguen objetivos como «evitar o por lo menos paliar el fraccionamiento del sistema financiero y ayudar a que haya mayor nivel de crédito en los países europeos».
A su juicio, «el nuevo flujo de crédito es una realidad en estos momentos y, como consecuencia de estas medidas, lo que se va a hacer es acelerar este proceso».
En cuanto a los tipos de interés, ha recalcado que «hay que matizar» a la hora de comparar las condiciones de los préstamos en los distintos países porque «depende de qué tipo de producto», a lo que ha agregado que «por ejemplo, las hipotecas que los bancos tienen en sus balances en España son las hipotecas más baratas de Europa».
Goirigolzarri apunta que, tras un período de crisis en el que «los bancos tenían distinto costo para financiarse que, lógicamente, repercutían a sus clientes», el hecho de que «las primas de riesgo en España se hayan reducido y se estén reduciendo –y eso es una gran noticia, apostilla–, unido al movimiento de Draghi, va a relajar los tipos de interés en España». «Ya se está produciendo de hecho, pero va a relajarlos más, seguro», ha sentenciado.
Por otro lado, en su intervención en la clausura del XXIII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor, ha afirmado que «sin ética es impensable la sostenibilidad de un proyecto excelente» y que «ningún objetivo ni ningún resultado puede justificar la transgresión de valores».
El presidente de Bankia ha defendido asimismo que la ética debe estar presente en cada una de las actuaciones de una empresa y que, de hecho, una de las primeras decisiones del actual equipo de gestión fue definir los valores que deben presidir la cultura de la entidad.
Una vez superada la etapa de la «salvación», considera que es momento de proponerse nuevos horizontes y definir los comportamientos que han de ser la base del posicionamiento interno y externo y también para avanzar hacia la excelencia buscada.
Para alcanzarla, considera que «los clientes deben ser el foco de las preocupaciones y discusiones» y «las personas de la organización han de tener una visión clara de que están contribuyendo a un objetivo global y sentir este objetivo como algo propio».
Además, el presidente de Bankia mantiene que «la capacidad de implementación será lo que distinguirá a los proyectos excelentes de los mediocres», y abogado por «apoyar la crítica abierta y huir de la penalización del error», al considerar que «es decisivo escuchar y a continuación tomar decisiones y explicar por qué se toman». «La dictadura y pensamiento único marchitan la mejora en la empresa», ha apostillado.
También ha incidido en la necesidad de huir de la autocomplacencia y perseguir la excelencia desde el convencimiento de que «en el momento en que se olvida este principio comienza la decadencia», así como en la importancia de rodearse de «gente que sea mejor que nosotros». «El mestizaje crea valor», sostiene Goirigolzarri, quien estima «necesario que la gente sea reconocida por la consistencia de sus resultados y no por el cumplimiento de objetivos a corto plazo».
«Los trepas no tienen cabida en un modelo de excelencia», ha llegado a afirmar en su conferencia, en la que ha insistido en que los resultados no pueden estar por encima de los valores, ya que «la crisis actual está mostrando los efectos nocivos de anteponer resultados a corto plazo a valores consistentes», todo «coherente con los reconocimientos, con una meritocracia radical y transparente».
En opinión del presidente de Bankia, «nadie puede esperar en una gran empresa que una intervención al año sea el foco de motivación diario de la gente», por lo cual «el auténtico reto es generar un caldo de cultivo que es un semillero de líderes».