Crédit Agricole obtuvo en 2020 un beneficio neto atribuido de 4.689 millones de euros. El dato supone un 34,9% menos respecto al de 2019.
El banco galo ha logrado mantener beneficios a pesar de la pandemia, pero se vieron negativamente afectados debido a que la entidad duplicó sus provisiones para hacer frente a posibles impagos crediticios, hasta 3.651 millones de euros.
«Gracias a nuestros sólidos resultados, estamos comprometidos con el apoyo de la economía en general a largo plazo», ha subrayado el consejero delegado del banco, Philippe Brassac.
Debido a los resultados registrados durante al año pasado, y dado que el Banco Central Europeo (BCE) levantó de forma parcial en diciembre el veto a los dividendos, Crédit Agricole ha propuesto repartir un dividendo de 80 céntimos de euro por acción. El banco también ha propuesto que la remuneración a los accionistas pueda ser a través del denominado ‘scrip dividend’, por el cual se recibe el pago en acciones en lugar de en efectivo.
Crédit Agricole cerró 2020 con una facturación de 33.596 millones de euros, un 0,9% más que en 2019 a pesar de la pandemia. De esa cifra, los ingresos procedentes de la división de bancos regionales, que aglutina la mayor parte del negocio de banca minorista de la entidad, se anotó unos ingresos de 13.056 millones de euros, un 0,5% menos.
La filial LCL de Crédit Agricole cosechó en 2020 unos ingresos de 3.521 millones, lo que supone un avance del 1,9% respecto a 2019. Por su parte, el segmento de grandes clientes aumentó un 12,4%, hasta los 6.297 millones de euros, y el de gestión de activos alcanzó la cifra de 5.749 millones, un 5,1% menos. Respecto a la banca minorista internacional, recortó un 25%, hasta los 2.724 millones de euros, y la de servicios financieros obtuvo 2.526 millones, un 7% menos.