Barclays anunciará este martes el cierre de su controvertido departamento de planificación fiscal, que asesora a clientes de la entidad sobre cómo reducir su factura fiscal; además del recorte de al menos 2.000 puestos de trabajo en el área de banca de inversión en el marco de una profunda revisión de las prácticas.
«Al menos 2.000 empleos serán eliminados en banca de inversión y muchos miles más se encuentran en peligro en otras áreas», indicaron en fuentes del sector, que apuntan a los planes de la entidad de reducir algunas de sus inversiones en operaciones asiáticas, particularmente en el segmento de valores, así como al recorte parcial de sus actividades minoristas en algunas partes de Europa, como Italia.
Desde su desembarco en la dirección de Barclays, a consecuencia del escándalo de la manipulación del Libor, que costó a Barclays una multa de 290 millones de libras (340 millones de euros), Antony Jenkins, consejero delegado, ha apostado por un profundo cambio en la cultura de la entidad con el fin de restaurar su reputación, así como sus resultados financieros.
Junto a este plan de reestructuración, se espera que Barclays anuncie la cuantía de la partida destinada a bonus correspondientes al ejercicio 2012, después de que el propio Jenkins haya anunciado públicamente su renuncia a las primas del pasado ejercicio, que rondaban el millón de libras (1,2 millones de euros), al considerar que 2012 fue «un ejercicio difícil» para Barclays.