CaixaBank, presidido por Isidro Fainé, ha vendido 40% de su cartera de deuda pública, formada principalmente por bonos españoles, desprendiéndose de deuda soberana por un importe de 11.500 millones de euros en los seis primeros meses del ejercicio 2015, con lo que su cartera ha pasado desde los 28.700 millones de diciembre de 2014 a los 17.200 millones de euros del pasado junio.
«Hemos vendido porque los niveles de rentabilidad eran muy bajos. Tenía sentido recoger las plusvalías generadas, y esta es la única razón», ha señalado el director financiero de CaixaBank, Javier Pano.
En la última presentación de resultados a los analistas, la entidad detalló que la mayor parte de la venta de la cartera se hizo en las primeras semanas del segundo trimestre, y las plusvalías han quedado reflejadas en las cuentas del primer semestre, en la partida de resultados de operaciones financieras (ROF), que se elevó hasta los 696 millones de euros, lo que supone un aumento del 36% en relación con el primer semestre de 2014.
Según CaixaBank, el volumen anual en el futuro será de aproximadamente 400 millones de euros, de los que una parte será recurrente y otra procederá de las plusvalías latentes que se vayan materializando.
En su plan estratégico, el aumento proyectado para el crédito será de cinco puntos porcentuales en el periodo 2014-2018, mientras que la disminución de la renta fija estimada en el mismo plazo será de tres puntos. Y de forma paralela, está previsto que la contribución al margen de intereses del crédito vaya a más y la de la renta fija, a menos.
La cartera de bonos soberanos de CaixaBank está formada principalmente por bonos españoles e italianos. Su cartera de renta fija (ALCO) incluye, entre otros, bonos garantizados por el Estado, como ICO, FADE y Frob, así como bonos MEDE y también cédulas hipotecarias españolas. Según los últimos datos disponibles, a junio de 2015, su tipo de interés medio es del 3,6% y su vida media son 3,4 años.