Credit Suisse ha anunciado que la publicación de los resultados anuales ha sido pospuesta ante una solicitud de la SEC de EE.UU., que exige al banco suizo una explicación por ciertas inexactitudes en los estados financieros anteriores.
En febrero, el Banco comunicó que 2022 había sido el año más difícil en la historia de la corporación hasta la fecha. Se espera que la pérdida anual alcance niveles no vistos desde 2008, principalmente relacionados con las retiradas masivas de los clientes patrimoniales y los escándalos masivos en los que se ha visto envuelto el Banco.
El perfil de riesgo en torno al Banco no inspira optimismo. La mayoría de las agencias calificadoras han evaluado la situación de la compañía como negativa, y la presión continua y las noticias que llegan están arrastrando los precios de las acciones a la baja. Todo ello aumenta la probabilidad de quiebra del Banco, que actualmente se acerca al 2,84%.
Credit Suisse está tratando de rectificar la situación del banco y continúa revisando sus operaciones. El banco está recortando costes y empleos y vendiendo partes de su negocio, incluida su unidad central de IB, al reactivar la entidad Credit Suisse First Boston.