JP Morgan ha anunciado la pasad semana una rebaja de su pronóstico de crecimiento para México en 2015, del 3,2% al 2,8%. Asimismo, ha reducido el avance para el año que viene, del 4% al 3,5%.
Según el banco estadounidense, el mayor efecto de este recorte se sentirá en la segunda mitad de este año, tras el período electoral.
En un reporte, analistas de la firma indicaron que los recortes presupuestarios en Pemex y los riesgos de retrasos en los proyectos de energía, probablemente mantendrán débil la producción de petróleo, a lo que se suma la suspensión indefinida de algunos proyectos de infraestructura y una acortada inversión para 2016.
Mientras que el Gobierno mexicano estima un potencial impulso de más de 5,3% en el crecimiento económico para el final de la presente administración, JP Morgan es menos optimista, y considera que los cambios estructurales aumentarán en 1,3 puntos el crecimiento potencial, que es del 3,3%, con lo que se elevará al 4,6% para 2018.
Para JP Morgan, la caída en los precios del petróleo pone en riesgo la inversión en algunos proyectos del sector energético. En el texto han indicado que debido a los menores precios del crudo, un mejor flujo de efectivo de las empresas petroleras plantea riesgos para una reducción progresiva de la inversión asociada a la Ronda 1, que el gobierno estima en 50.000 millones de dólares (unos 45.300 millones de euros) en los próximos cuatro años.
Por otra parte, JP Morgan estima que la inflación de México será de 3,1% al cierre del 2015. La debilidad de la moneda local, al ajustarse la paridad a 14,2 desde 13,4 unidades al cierre del año, será un ingrediente de presión para mantener la inflación por encima de la meta del Banco de México.