Goldman Sachs Group ha pedido a sus empleados en Estados Unidos que trabajen desde casa hasta el 18 de enero.
Un portavoz de la entidad financiera ha explicado que se trata de una medida que han puesto en marcha otras compañías del sector y que altera sus planes de vuelta a la oficina ante la propagación de la variante ómicron.
Goldman Sachs ha asegurado que sus oficinas permanecerán abiertas con los protocolos de seguridad de COVID-19 que previamente anunciaron.
Entre las medidas se encuentran el requisito de vacunación y refuerzo para todas las poblaciones elegibles a partir del 1 de febrero, pruebas quincenales a sus empleados a partir del 10 de enero y mascarillas obligatorias.
Las entidades financieras estadounidenses han estado luchando por saber cuándo podrán volver a la normalidad, y cómo comunicar al personal y retener a los trabajadores en medio de la incertidumbre. Otros bancos han pedido a su personal que trabaje a distancia como consecuencia del creciente número de contagios con la variante ómicron.
Goldman Sachs era uno de los bancos de Wall Street que más había presionado para la vuelta a las oficinas de sus empleados y había sido el último en intentar mantener a la mayor parte del personal trabajando de forma presencial durante la última oleada.
Por otro lado, JP Morgan Chase & Co, que también estaba entre las entidades bancarias que presionaban para que el personal trabajara en sus oficinas, envió un comunicado a sus empleados la semana pasada en el que indicaba que podían trabajar desde casa las dos primeras semanas de enero.
No obstante, JP Morgan ha señalado en el memorando que se espera que todo el personal regrese a las oficinas a más tardar el 1 de febrero.
Citigroup también ha pedido a sus empleados en Estados Unidos que trabajen desde casa durante las primeras semanas de 2022.