El Banco de Portugal ha renovado la dirección de la parte ‘tóxica’ del Banco Espírito Santo (BES), a un año del colapso de la que fue la segunda mayor entidad lusa.
Por iniciativa del gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa, hace un año se dividió el BES en un banco “bueno”, denominado Novo Banco, y en otro banco “malo” debido a las irregularidades contables que se presentaron en el complejo del grupo BES, que a la fecha no se han aclarado.
El banco “malo” es un vehículo financiero que tiene los activos y pasivos tóxicos, entre los que se colocaron a todos accionistas del BES, y su objetivo es gestionarlos e intentar recuperar una parte de ellos para devolverlos a los inversores.
Esta semana se ha enviado un comunicado a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) de Portugal en el que se informa que el jurista Luís Máximo dos Santos y su equipo se van a mantener al frente del banco “malo”, que aún conserva las siglas BES, por al menos un año más o hasta que se le retire su autorización bancaria.
Por otro lado, Novo Banco, que arrastra pérdidas por 470 millones de euros, se encuentra en su fase final de venta con tres interesados, que, de acuerdo con la prensa lusa, son el estadounidense Apollo y las chinas Fosun y Anbang.
Novo Banco es el tercero mayor de Portugal, con 72.465 millones de euros de activos y una cuota de mercado del 18%.