El ministro de Finanzas de Portugal, Mário Centeno, no descarta ninguna alternativa para el Novo Banco, incluida la nacionalización de la entidad, que el Estado espera vender a un precio que se acerque lo más posible a los 4.900 millones que costó crearlo en 2014.
Centeno aseguró, en una entrevista que «nada está en fuera de cuestión cuando se trata de garantizar la estabilidad del sistema financiero» y destacó que el Novo Banco tiene un papel «muy importante en el sistema bancario portugués».
«Desde ese punto de vista, no creo que sea adecuado eliminar ningún tipo de aproximación en relación al Novo Banco«, agregó. La línea roja del Estado luso, agregó, es dar cualquier tipo de garantía pública a los pretendientes a adquirir el Novo Banco, algo que a juicio de Centeno «no es una solución».
«Una garantía del Estado para apoyar un negocio privado y que ponga en riesgo el dinero de los contribuyentes es obviamente algo que no estamos contemplando en este negocio», aseguró.
La entidad lusa, nacida con los activos saludables del quebrado Banco Espírito Santo, pertenece al llamado Fondo de Resolución, recapitalizado con un crédito público de 3.900 millones de euros y otros 1.000 millones aportados por el resto de entidades financieras lusas. Actualmente, el Banco de Portugal (BdP) estudia dos propuestas de compra, una del fondo estadounidense Lone Star y otra de sus compatriotas Centerbridge y Apollo.
El objetivo es que el precio de venta se acerque lo más posible a esos 4.900 millones de euros que supuso su creación ya que, de lo contrario, las pérdidas deberían ser asumidas por el sistema financiero luso.
Por el momento solo se han filtrado algunos detalles de la propuesta de Lone Star, que según la prensa lusa ofrece 750 millones de euros por la entidad y la posibilidad de inyectar otros 750 millones en el banco.
Este fondo es considerado el favorito de los pretendientes, pero los diarios financieros portugueses especulan con que en las últimas horas el consorcio Centerbridge y Apollo evalúa mejorar su oferta y que incluso algunos de sus representantes se encuentra en Lisboa para plantear sus nuevas condiciones.
Se espera un pronunciamiento del BdP inminente, aunque Centeno avisó de que, pese a la importancia del momento, el proceso de venta del Novo Banco «no termina» aquí.
El veredicto del BdP «no es necesariamente el fin del proceso» de venta, que debe estar concluido antes de agosto, ya que «puede haber ajustes que sean deseables, derivados de las propuestas que aparezcan», puntualizó el ministro.