El banco Morgan Stanley ha lanzado una previsión de lo más pesimista para el año que ya hemos comenzado. Tras calificar al consenso del mercado de «demasiado optimista», los expertos de la entidad apuntan que el S&P 500 podría terminar este año en los 1.167 punto, un nivel bastante mediocre.
Este nivel representa una caída del 7 por ciento si tenemos en cuenta la cota que alcanza a día de hoy el indicador. Los escenarios que baraja Morgan Stanley son los siguientes: en un escenario de bonanza, el S&P podría terminar 2012 en los 1.450 puntos. El escenario base sitúa el cierre del año en los 1.237 puntos mientras que en un contexto crítico, el indicador podría caer hasta los 944 puntos este año, por lo que la media sitúa el cierre en los 1.167 puntos.
Una de las razones de este pesimismo, que se aleja de los niveles de 1.350 puntos que maneja el resto del mercado, se debe a una estrepitosa caída en las previsiones de beneficios empresariales.
Según apunta Morgan Stanley en su informe, su previsión de beneficio por acción para 2013 se sitúa en un precio objetivo de 103,1 dólares, casi un 15 por ciento menos que el consenso del mercado, que pone dicho número en los 121,1 dólares. Es decir, durante 2012, los beneficios empresariales quedarán por debajo de lo previsto.