Banco Santander ha conseguido situarse en cabeza respecto a la financiación de energías renovables en el primer semestre de 2022, con una cifra total de más de 2.400 millones de euros en 33 operaciones, y una cuota de mercado a nivel mundial del 6,4%, según refleja el ranking elaborado por Infralogic.
En este ámbito, Banco Santander se sitúa en la última década como uno de las tres mayores entidades del mundo por número de transacciones, y uno de los cinco por volumen de financiación.
En detalle, los nuevos proyectos renovables (greenfield) financiados o asesorados en 2021 por Banco Santander representaron una capacidad instalada de 13.604 megavatios, y evitarán la emisión de 251 millones de toneladas de CO2. Estos proyectos alcanzaron una capacidad de generación de energía eléctrica equivalente al consumo anual de 9,2 millones de hogares. Por su parte, los proyectos referidos a ampliación o mejora de renovables ya existentes (brownfield) supusieron una capacidad instalada de 1.776 megavatios.
Banco Santander hizo públicos en la nueva edición del Climate Finance Report tres nuevos objetivos intermedios de descarbonización de sus carteras para 2030: el recorte del 29% de las emisiones absolutas financiadas en el sector de la energía; la reducción del 33% de la intensidad de las emisiones financiadas en el sector de la aviación, y del 32% en el sector del acero.
Estos nuevos objetivos intermedios de Banco Santander se añaden a los que el Grupo estableció en febrero de 2021, cuando indicó que en 2030 dejaría de financiar a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón térmico, y acabaría con su exposición a la minería de carbón térmico en todo el mundo. A principios de este ejercicio, fijó su objetivo de recortar un 46% las emisiones financiadas en el sector de la generación de energía eléctrica.
Cumpliendo lo establecido por Net Zero Banking Alliance (NZBA), la alianza promovida por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEPFI), de la que Banco Santander es miembro fundador, la entidad presidida por Ana Botín comunicará antes de marzo de 2024 sus objetivos intermedios de descarbonización para el resto de sus carteras más intensivas en emisiones de CO2, en concreto, el sector inmobiliario, fabricación de vehículos, financiación de vehículos, cemento, agricultura, y resto de subsectores.
En este sentido, Banco Santander tiene como objetivo acompañar a sus clientes en la senda de la transición verde. Así, el Grupo ofrece ayuda y asesoramiento para la descarbonización de las actividades de sus clientes.
La entidad presidida por Ana Botín sigue avanzando en la creación y distribución de productos y servicios que ayuden en la transición verde a sus clientes de banca comercial, potenciando por ejemplo las hipotecas verdes, la rehabilitación energética de viviendas y edificios, y la financiación de vehículos eléctricos y maquinarias agrícolas no contaminantes, entre otros aspectos.
Banco Santander ha creado un Equipo Global de Finanzas Verdes (Global Green Finance Team), con el propósito de coordinar todos los proyectos de financiación verde que surjan en la banca de inversión y banca comercial de Grupo Santander. Este equipo inició sus operaciones en la primera mitad del presente ejercicio, y ayudará a potenciar las sinergias entre las distintas iniciativas de la entidad presidida por Ana Botín.
Banco Santander se ha marcado como objetivo destinar 220.000 millones de euros para financiación verde entre 2019 y 2030, con un hito intermedio de 120.000 millones para 2025. De esa cifra, la división de banca de inversión y corporativa del Grupo (Santander CIB) lleva movilizados 74.400 millones de euros hasta el cierre del pasado mes de junio, según el informe Climate Finance Report.
Banco Santander ya es neutro en emisiones de CO2 desde 2020 por lo que respecta a sus propias operaciones, y pretende que el 100% de la energía eléctrica que consume proceda de fuentes renovables para 2025. Asimismo, Banco Santander desarrolla un plan de eficiencia para el período 2022-25, que contempla objetivos como la reducción de su consumo eléctrico en un 2,6%, y de emisiones absolutas de CO2 del 35,4%.
La entidad presidida por Ana Botín pretende alcanzar las cero emisiones netas de carbono en todo el Grupo en 2050, de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París.