El banco francés Société Générale ha obtenido un beneficio neto de 2.385 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone un alza del 7,5 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Según detalló la entidad en un comunicado, ese resultado fue conseguido en «condiciones difíciles pero refleja el dinamismo y la fuerza del modelo bancario equilibrado del grupo, la calidad de su portafolio y el compromiso de sus equipos».
Su beneficio bruto de explotación (Ebitda) avanzó de enero a junio un 2,1 %, hasta los 4.756 millones de euros, y su resultado de explotación creció un 7,5 %, hasta los 3.568 millones, si se le compara con el mismo periodo de 2015.
Société Générale también ha explicado que el producto neto bancario, equivalente al volumen de negocios, retrocedió un 0,5 %, hasta los 13.159 millones, y su nivel de solvencia, de acuerdo con el ratio CET1, se elevó a finales de junio al 16,7 %, cuatro décimas más que a finales de 2015.
Frédéric Oudéa, director general del banco, consideró que se trata de unos resultados sólidos, ante los cuales el banco «prosigue con determinación la transformación en profundidad de su modelo para adaptarlo a la evolución de las necesidades de sus clientes».
Días atrás, el consejero delegado de Société Générale, Bini Smaghi precisó que la crisis bancaria en Italia podría contagiarse al resto de Europa, así que habría que reconsiderar las actuales normativas de la UE y que puedan servir para evitar una mayor agitación del sistema financiero continental.
«El mercado bancario al completo está bajo presión», explica el antiguo miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo, que añade: «Hemos adoptado normas sobre el uso de dinero público. Esas reglas deberían leerse bajo la perspectiva de un mercado que se encuentra ante una crisis potencial, y debería evaluarse la posibilidad de que se puedan suspender».