BBVA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) firmaron un acuerdo de colaboración para explorar las aplicaciones de las tecnologías cuánticas en el sector financiero.
Como parte del acuerdo, las dos entidades han creado un equipo de investigadores mixto que trabajará conjuntamente en el diseño y testeo de algoritmos cuánticos aplicados a casos de uso financieros.
Los investigadores trabajarán para determinar si el uso de este tipo de algoritmos supone una ventaja frente a la computación tradicional para resolver una serie de problemas identificados en el sector financiero que podrían atajarse con esta tecnología.
La integración de los fundamentos de la mecánica cuántica en la computación cambiará la potencia y el alcance de los ordenadores. Aún existen obstáculos, pero los últimos avances indican que pronto serán historia.
“Aunque por ahora estas tecnologías están en una fase de exploración, desde BBVA estamos ya apostando por entender cómo pueden contribuir a mejorar la forma en que ayudamos a nuestros clientes a tomar decisiones gracias al uso de datos”, explica Escolástico Sánchez, líder de la disciplina de Investigación y Desarrollo en Nuevos Negocios Digitales de BBVA. “Sus aplicaciones pueden beneficiar positivamente tanto al sector financiero como a los clientes y a la sociedad en general”, añade.
“En el CSIC estamos interesados en comprender el potencial de los algoritmos cuánticos, desarrollados como parte de nuestra investigación básica, en la resolución de problemas prácticos. El sector financiero es de hecho uno de los campos de aplicación más prometedores para estos métodos. Investigar la capacidad de la computación cuántica en este sector es un reto fascinante que puede tener un gran impacto científico y económico”, explica Diego Porras, científico del Instituto de Física Fundamental.
Los ordenadores cuánticos funcionan con qubits, en lugar de con los bits convencionales de la computación clásica. A diferencia de los bits clásicos, cuyo valor está restringido a un rango binario de “0” o “1”, los qubits pueden existir en estados intermedios de “superposición cuántica”. Debido a esta característica, los ordenadores cuánticos exploran con más facilidad el conjunto de todas las soluciones posibles a un determinado problema computacional. Esto es especialmente útil para ámbitos de las finanzas como la optimización de carteras, en la que influyen múltiples dimensiones a tener en cuenta para tomar la mejor decisión. “La computación tradicional puede llegar a tardar días en resolver este tipo de problemas, mientras que la computación cuántica podría reducirlo a horas”, explica Sánchez.