La agencia de calificación estadounidense Standards and Poor’s (S&P) ha rebajado la calificación del Deutsche Bank, el primero de Alemania, desde ‘A-‘ hasta ‘BBB+’, después de que se conociese que la Reserva Federal de EEUU le ha incluido en la lista de bancos con problemas.
Las acciones de la entidad alemana cayeron un 7,15% hasta los 9,157 euros, con lo que alcanzaron el nivel más bajo de su historia al cierre del mercado.
S&P argumentó la rebaja de la calificación en que aprecia «considerables riesgos de aplicación» en la nueva estrategia del banco y consideró que por un tiempo el Deutsche Bank evolucionará peor que sus competidores.
A través de una carta a los empleados, el presidente de Deutsche Bank, Christian Sewing, aseguró que la «fuerza financiera» de la entidad «está fuera de toda duda».
Sewing dijo que no hay ningún motivo para «dejar caer la cabeza» y afirmó que demostrarán que se merecen «otra valoración en los mercados financieros».
La Reserva Federal (Fed) de EEUU incluyó a la filial estadounidense del Deutsche Bank en su lista de bancos con problemas y advirtió del peligro de su viabilidad financiera, informó a finales de la semana anterior el díario The Wall Street Journal.
El periódico neoyorquino, que citó fuentes familiarizadas con el asunto, señaló que la filial del Deutsche Bank fue registrada en este listado de «condición problemática» el año pasado, pero que hasta ahora se había mantenido en secreto.
El nuevo estado designado para la filial del banco alemán, que es una de las denominaciones más bajas empleadas por la Corporación de Seguros de Depósitos Federales (FDIC), lleva a las entidades financieras a reducir la asunción de riesgos en áreas como el comercio y en los préstamos a clientes.
Semanas atrás, el gigante bancario alemán, anunció un plan destinado a suprimir más de 7.000 puestos de trabajo, una reducción de personal que afecta a uno de cada diez empleados de la entidad en todas las áreas y regiones del mundo. El recorte fue comunicado el día en que el banco celebró su junta de accionistas.
La restructuración afectará al 25% de efectivos de su banco de inversiones, cuyas dimensiones el grupo reducirá en un 10%, o 100.000 millones de euros.