Tras la llegada oficial del banco malo, las entidades españolas rebajan un 45% el valor contable de sus inmuebles. Su valoración se reduce de 44.000 a 24.000 millones de euros, tras provisionar 20.000 millones.
La banca empieza a asumir (al menos contablemente) que sus inmuebles valen bastante menos de lo que pagó por ellos. Las dos reformas financieras del Gobierno, las de febrero y mayo, comienzan a tener su reflejo en los balances.
Las entidades han acelerado la corrección de la sobrevaloración de estos activos, y la rebaja respecto al precio al que fueron registrados cuando entraron en balance como consecuencia de los impagos de promotores y familias.
Las entidades cotizadas, sin contar Bankia, cerraron el primer semestre del año con una cartera bruta de inmuebles de 44.000 millones de euros. En el último año, en el que la crisis no ha dado tregua, la cartera de la banca se ha incrementado en 10.050 millones, un 30%.